El otro día Ximena, alias la dueña de mis quincenas y aguinaldos, me platicaba que le habían dejado hacer un ensayo, de su proyecto de vida. En un inicio la idea me pareció un poco deschavetada, ¿qué va a saber una niña de 11 años de lo que quiere hacer o no en la vida?
No me malinterpreten, claro que sabe que quiere ser repostera, pero habiendo tantas cosas por descubrir aún del mundo, ¿por qué limitarla a lo que ha visto en apenas 11 años de existencia en el planeta?
Ok, es una tarea y a veces hay que ser tolerante con el plan de estudios, y siempre es bueno tener un mapa (aunque ese mapa a veces tiene errores de ubicación) del sendero que se recorre.
Y entre más vueltas le doy al asunto, se me sigue haciendo muy tonta... ¿O a que edad se supone que debemos de definir nuestro camino en la vida? ¡Yo a los treinta y pico aún no se que hacer en la mitad de las cosas que tengo que tomar un rumbo!
Además, ¿quién no se ha perdido en el camino con todo y mapa? A mi a veces el Google Maps de la vida me ha fallado, y con esas extraviadas he tenido que andar recorriendo el mundo por calles horrorosas o he descubierto cosas lindas.
Yo una vez pensé que mi camino ya estaba definido, y cuando decidí cambiar de rumbo descubrí tantas cosas geniales que ha sido el viaje más divertido que he emprendido: tuve que extraviarme en la ruta para encontrarme conmigo.
domingo, 15 de diciembre de 2013
miércoles, 20 de noviembre de 2013
La misma de ayer... Dice la canción
A mi no me gustan mucho las canciones de Luis Miguel, y menos La Incondicional, pero hoy que "casualmente" escuché una parte, me quedé pensando que es como mi karma, me sigue para todos lados... "El síndrome de la incondicional".
Hay dos tipos de personas: l@s incondicionales y/o l@s LuisMigueles. Las primeras son esas personas tercas e insistentes a las que les cuesta trabajo darse la media vuelta y que siempre están ahí para ver que necesitan los otros. Los LuisMigueles son esos a los que les importa un cacahuate, y por muchas complicaciones que tengan en la vida, siempre habrá alguien que los ayude a salir del hoyo.
No es por hacerme la importante (y tampoco me refiero a alguien en particular) pero casi siempre me toca estar del lado de la incondicional.
¿Qué andas apretado de varo? Ahí va una lana, ¿qué te robaron el coche? Vamos a buscar tu auto, ¿que te agarró al anti-alcohol? Ahí va Merry a sacarte del charco, ¿qué te dejó tu chava? Aquí anda el paño de lágrimas. Etc, etc...
A veces me gustaría ser del bando de los Luis Migueles, nada más que me acuerdo de las veces que se me ha ocurrido hacerme la necesitada, me batean.
¿O será que cada quien tiene su incondicional o su Luis Miguel? Por lo pronto a ver si alguien se pone incondicional y me apapacha con un café :D
Hay dos tipos de personas: l@s incondicionales y/o l@s LuisMigueles. Las primeras son esas personas tercas e insistentes a las que les cuesta trabajo darse la media vuelta y que siempre están ahí para ver que necesitan los otros. Los LuisMigueles son esos a los que les importa un cacahuate, y por muchas complicaciones que tengan en la vida, siempre habrá alguien que los ayude a salir del hoyo.
No es por hacerme la importante (y tampoco me refiero a alguien en particular) pero casi siempre me toca estar del lado de la incondicional.
¿Qué andas apretado de varo? Ahí va una lana, ¿qué te robaron el coche? Vamos a buscar tu auto, ¿que te agarró al anti-alcohol? Ahí va Merry a sacarte del charco, ¿qué te dejó tu chava? Aquí anda el paño de lágrimas. Etc, etc...
A veces me gustaría ser del bando de los Luis Migueles, nada más que me acuerdo de las veces que se me ha ocurrido hacerme la necesitada, me batean.
¿O será que cada quien tiene su incondicional o su Luis Miguel? Por lo pronto a ver si alguien se pone incondicional y me apapacha con un café :D
lunes, 21 de octubre de 2013
Si le rompieron el corazón, coma chocolate
Hace mucho que no sentía esta sensación, así como de que me voy a enfermar. ¿Ustedes que sienten cuando se les rompe el corazón? A mi me duele la cabeza, la frente para ser exactos. A veces de tanto llorar y otras de aguantarme esas ganas de abrir la llave. Me duelen las piernas, como si estuviera cansada de caminar. Se me va el apetito y sólo tengo sed. Supongo que es para reponer el agua que sale de mis ojos como regadera. Es como la cruda del alma después de haber estado borracha de endorfinas.
Después de todo no es tan malo, justo en el momento en el que te sientes peor, ese es el mejor momento... Porque ya no hay para donde caer y lo que venga va a ser mejor que lo que estas sintiendo.
Hay días en los que pienso que yo a alguien le debí de hacer algo muy gacho porque no se que karma estoy pagando. Se me hace que el novio que corté en el antro me echó la maldición jajajaja.
Si yo he tenido un defecto cuando me mandan a Chihuahua a un baile, es que lucho, aunque sepa que no voy a llegar a ningún lado. Pero ese es tema de otro post.
Pero ya otras veces me lo han hecho cachitos. Cuando era niña pensaba que a los grandes no les dolía el corazón y mucho menos se rompía. Que equivocadota me di. Se siente igual, la diferencia es que aprendemos a llorar para adentro. A hacer de cuenta que no se siente nada y nos volvemos workaholiks felices, deportistas extremos, posteadores incansables, socialités habituales y todo eso que usamos para no pensar y distraernos de lo que debería de ocuparnos.
Pero no dura para siempre. Ni la felicidad más grande ni el dolor más intenso son eternos. Afortunadamente. Por eso me gusta disfrutar mis crudas del alma. Quien sabe si vuelva a tener una. Y si en algo no me he equivocado, es que siempre es porque llegará algo mejor.
Como sea, para el dolor de cabeza siempre hay un paracetamol en forma de chocolate que ayuda a hacer llevadera esa sensación de querer llorar en el momento menos indicado.
Eso siento cuando se me rompe el corazón. Comper, voy por mis curitas, ja!
Después de todo no es tan malo, justo en el momento en el que te sientes peor, ese es el mejor momento... Porque ya no hay para donde caer y lo que venga va a ser mejor que lo que estas sintiendo.
Hay días en los que pienso que yo a alguien le debí de hacer algo muy gacho porque no se que karma estoy pagando. Se me hace que el novio que corté en el antro me echó la maldición jajajaja.
Si yo he tenido un defecto cuando me mandan a Chihuahua a un baile, es que lucho, aunque sepa que no voy a llegar a ningún lado. Pero ese es tema de otro post.
Pero ya otras veces me lo han hecho cachitos. Cuando era niña pensaba que a los grandes no les dolía el corazón y mucho menos se rompía. Que equivocadota me di. Se siente igual, la diferencia es que aprendemos a llorar para adentro. A hacer de cuenta que no se siente nada y nos volvemos workaholiks felices, deportistas extremos, posteadores incansables, socialités habituales y todo eso que usamos para no pensar y distraernos de lo que debería de ocuparnos.
Pero no dura para siempre. Ni la felicidad más grande ni el dolor más intenso son eternos. Afortunadamente. Por eso me gusta disfrutar mis crudas del alma. Quien sabe si vuelva a tener una. Y si en algo no me he equivocado, es que siempre es porque llegará algo mejor.
Como sea, para el dolor de cabeza siempre hay un paracetamol en forma de chocolate que ayuda a hacer llevadera esa sensación de querer llorar en el momento menos indicado.
Eso siento cuando se me rompe el corazón. Comper, voy por mis curitas, ja!
viernes, 18 de octubre de 2013
¿Y el tren?, ¿ya se me fue?
¿A qué edad se te va el tren? He de reconocer que en algún momento he pensado que ya se me fue o que se me va a ir. En realidad lo pensaba, pero cuando era una chamaca de veintitantos... Ahora me importa un cacahuate.
Claro que la presión social es bien canija, y de esa, nadie se salva. Una vez hasta Ximena me hizo el comentario pispireto: "¿qué no piensas tener novio mamá?" ¡Ni que fueran limones Ximena! Una no va al supermercado y pide un novio envuelto para regalo. Y de los anillos de compromiso mejor ni hablamos, ya he externado mi opinión sobre ese tema y la conclusión que tengo es que sirven para todo (hasta para empeñarlos), menos para mantener vigente un compromiso.
La cuestión aquí es ¿cuándo empezamos a tener urgidez? O urgencia... Prisa por tener novio, marido, pareja, peor es nada, o como quieran llamarle. Y evidenciamos esa carencia.
Si, yo reconozco que a veces me entra la cosa esa de decir, "quiero un novio que invite las palomitas y me diga que pasa por mi a las 8". Pero luego recuerdo que nunca salgo a las 8, que me choca que me presionen para apurarme y que las palomitas siempre las cambio por una crepa de cajeta.
En pocas palabras sería una muy mala novia y sobre todo, muy mamona.
Además yo suelo tener esa rara costumbre de sabotear las posibilidades. No crean que le echo mucha crema a mis tacos, pero de repente hay quien se anima a invitarme a salir (aunque usted no lo crea). Y sólo es cuestión de darme cuenta que puede llegar a ser algo serio, para agarrar mis tenis y correr en la dirección contraria lo más pronto posible.
Tampoco piensen que ando coleccionando pretendientes a granel, por aquello de que tengo un buen amigo que dice que no tengo llenadera. El chiste no está en traer a 20 individuos atrás de tus huesitos. Lo divertido del asunto es que si hay un muchachón que te trae cacheteando la banqueta, tenga ojos para ti. De nada sirven chorrocientos galanes, si ninguno te gusta.
No me hagan mucho caso, tal vez a mi ya se me fue el tren y no me he dado cuenta. Por eso ya estoy esperando un avión, es más útil cuando de cruzar el charco (otra vez!), se trata, ja!
Claro que la presión social es bien canija, y de esa, nadie se salva. Una vez hasta Ximena me hizo el comentario pispireto: "¿qué no piensas tener novio mamá?" ¡Ni que fueran limones Ximena! Una no va al supermercado y pide un novio envuelto para regalo. Y de los anillos de compromiso mejor ni hablamos, ya he externado mi opinión sobre ese tema y la conclusión que tengo es que sirven para todo (hasta para empeñarlos), menos para mantener vigente un compromiso.
La cuestión aquí es ¿cuándo empezamos a tener urgidez? O urgencia... Prisa por tener novio, marido, pareja, peor es nada, o como quieran llamarle. Y evidenciamos esa carencia.
Si, yo reconozco que a veces me entra la cosa esa de decir, "quiero un novio que invite las palomitas y me diga que pasa por mi a las 8". Pero luego recuerdo que nunca salgo a las 8, que me choca que me presionen para apurarme y que las palomitas siempre las cambio por una crepa de cajeta.
En pocas palabras sería una muy mala novia y sobre todo, muy mamona.
Además yo suelo tener esa rara costumbre de sabotear las posibilidades. No crean que le echo mucha crema a mis tacos, pero de repente hay quien se anima a invitarme a salir (aunque usted no lo crea). Y sólo es cuestión de darme cuenta que puede llegar a ser algo serio, para agarrar mis tenis y correr en la dirección contraria lo más pronto posible.
Tampoco piensen que ando coleccionando pretendientes a granel, por aquello de que tengo un buen amigo que dice que no tengo llenadera. El chiste no está en traer a 20 individuos atrás de tus huesitos. Lo divertido del asunto es que si hay un muchachón que te trae cacheteando la banqueta, tenga ojos para ti. De nada sirven chorrocientos galanes, si ninguno te gusta.
No me hagan mucho caso, tal vez a mi ya se me fue el tren y no me he dado cuenta. Por eso ya estoy esperando un avión, es más útil cuando de cruzar el charco (otra vez!), se trata, ja!
martes, 1 de octubre de 2013
A veces, el mundo tiene que aguantarme
La verdad, la mayor parte del tiempo me caigo bien. Pero hay días, como hoy, que me caigo tan mal, que ni yo quiero hablar conmigo. Y el origen de ese terrible desencuentro es que me aguanto. Si, me aguanto los enojos. Y termino por andar con cara de pocos amigos para el mundo.
Ese es mi peor defecto. No decir que me molesta algo de verdad, hacer como que no pasa nada y terminar con un genio de los mil demonios.
Llámenlo drama juvenil de secundaria o pónganle como quieran, pero me tomó muy en serio los compromisos. En general. Si quedé en llegar temprano, llego temprano. Si me comprometí a ir a 3 fiestas, voy a las 3 (voy a todas, no me rajo). Y espero que la gente en general haga lo mismo, cosa que en algunas ocasiones no ocurre.
A lo mejor es un berrinche, como dice mi papá. Que siempre hago berrinche cuando las cosas no salen como quiero. Si, ya mi tolerancia está muy desgastada. Pero esto de manejarse sola por el mundo, genera este tipo de inconvenientes.
El compartir, hacer equipo con alguien más, aguantar vara, se va volviendo complicado. Y es que en realidad ya no hay necesidad de ceder de vez en cuando para llevar la fiesta en paz. Se vuelve un monopolio sentimental.
Tampoco es para decir que soy el ser más egoísta del mundo. Sólo es eso, implica un grado más elevado de dificultad.
En fin, a veces es difícil para el mundo aguantarme, pero en todo caso, ¡para estoy yo! ¡Ja!
Este blog anda muy abandonado, pero pronto sentirá el rigor del hábito... Otra vez :)
Ese es mi peor defecto. No decir que me molesta algo de verdad, hacer como que no pasa nada y terminar con un genio de los mil demonios.
Llámenlo drama juvenil de secundaria o pónganle como quieran, pero me tomó muy en serio los compromisos. En general. Si quedé en llegar temprano, llego temprano. Si me comprometí a ir a 3 fiestas, voy a las 3 (voy a todas, no me rajo). Y espero que la gente en general haga lo mismo, cosa que en algunas ocasiones no ocurre.
A lo mejor es un berrinche, como dice mi papá. Que siempre hago berrinche cuando las cosas no salen como quiero. Si, ya mi tolerancia está muy desgastada. Pero esto de manejarse sola por el mundo, genera este tipo de inconvenientes.
El compartir, hacer equipo con alguien más, aguantar vara, se va volviendo complicado. Y es que en realidad ya no hay necesidad de ceder de vez en cuando para llevar la fiesta en paz. Se vuelve un monopolio sentimental.
Tampoco es para decir que soy el ser más egoísta del mundo. Sólo es eso, implica un grado más elevado de dificultad.
En fin, a veces es difícil para el mundo aguantarme, pero en todo caso, ¡para estoy yo! ¡Ja!
Este blog anda muy abandonado, pero pronto sentirá el rigor del hábito... Otra vez :)
domingo, 11 de agosto de 2013
Tan singular como yo...
Hoy me di cuenta que soy bien ermitaña. No me molesta, al contrario. Siempre hablo de lo que hago en singular, hace mucho que deje de hablar en plural.
Mi tarde de domingo fue muy amena. Me fui de turista al centro de la ciudad. Claro que por ser domingo, todo estaba cerrado jajaja... Pero encontré muchas cosas que por lo general no veo. Y eso que paso por ahí casi a diario.
Y justo ahí fue donde me di cuenta que es bien raro que diga un "nosotros", o en todo caso "nosotras". Ya no se si con el tiempo me he hecho muy mamona o es la comodidad. La comodidad de no batallar. Tal vez es parte de crecer. La cuestión de elegir y asumir lo que nos gusta o nos desagrada de esta vida, y tener el valor de externarlo.
Una vez mi ortodontista (que acá entre nos es como mi psicóloga), me dijo que había personas que eran muy felices ellas solitas. Yo creo que soy de esas personas. Resulta muy difícil emitir palabras cuando le están metiendo mano a la dentadura propia. Creo que por eso la doctora se explaya con la reflexión, jejeje.
Si hay algo que quiero hacer es viajar sola. Ese será uno de mis próximos objetivos. Aguantarme a mi misma unos cuantos días. O regreso más loca o queriéndome más.
Mi tarde de domingo fue muy amena. Me fui de turista al centro de la ciudad. Claro que por ser domingo, todo estaba cerrado jajaja... Pero encontré muchas cosas que por lo general no veo. Y eso que paso por ahí casi a diario.
Y justo ahí fue donde me di cuenta que es bien raro que diga un "nosotros", o en todo caso "nosotras". Ya no se si con el tiempo me he hecho muy mamona o es la comodidad. La comodidad de no batallar. Tal vez es parte de crecer. La cuestión de elegir y asumir lo que nos gusta o nos desagrada de esta vida, y tener el valor de externarlo.
Una vez mi ortodontista (que acá entre nos es como mi psicóloga), me dijo que había personas que eran muy felices ellas solitas. Yo creo que soy de esas personas. Resulta muy difícil emitir palabras cuando le están metiendo mano a la dentadura propia. Creo que por eso la doctora se explaya con la reflexión, jejeje.
Si hay algo que quiero hacer es viajar sola. Ese será uno de mis próximos objetivos. Aguantarme a mi misma unos cuantos días. O regreso más loca o queriéndome más.
lunes, 8 de julio de 2013
Aniversarios
Una vez Ximena me preguntó que si cuando la gente se divorcia, se hace fiesta, como cuando se casan, para invitar a la familia y amigos. Ella ya andaba organizando la pachanga jeje. Deberíamos... de todas formas celebramos que empezamos una vida con un futuro diferente.
Los 8 de julio no me gustan por el hecho de que no sé para que fregados me casé, si yo era feliz sin el bendito papel firmado. Y si le echo una miradita al pasado, no me arrepiento de mi futuro diferente, ¡al contrario! Volvería a tomar la misma decisión mil veces más. La decisión de hacer de mi vida un papalote...
Por eso le tomé mucho respeto a eso de la convivencia en pareja. No es nada fácil. Pero ¿qué cosa que valga la pena en esta vida, es sencilla? Y si, hoy es de esos días en los que digo: extraño que cuando llegue a casa, alguien me pregunte "¿hoy cómo te fue?". No es que extrañe a nadie, más bien se añoran las situaciones.
Extraño tener un cómplice, hacer planes con alguien. Tener objetivos en común, ser un equipo. Que me hagan de comer (porque a mi eso de la preparación de alimentos no se me da), que me cuiden cuando me enfermo, que alguien se encargue de las reparaciones caseras, estar enamorada.
Aun así, estar sola... Solterísima y autosuficiente (bueno, casi totalmente). ¡Es la neta del planeta!
Nadie me dice a donde "tenemos" que ir, voy a donde quiero (o por lo menos a donde puedo), manejo en carretera sin que me estén recordando las clases de conducción básicas. Brinqué el charco (fui, sobreviví y pude regresar completita). Me compré una Mac de puras ganas. Escucho Panteón a todo volumen y bailo sola sin que me importe si alguien me ve. ¡Me puse a estudiar! De gusto y no por necesidad. Mis pesos son míos y solo yo decido como los gasto.
Hoy tengo un futuro diferente y la verdad es que es un buen futuro.
A lo mejor un día me aburro y le bajó a mi desmadrito. Pero yo creo que aún me queda algo de pila, ja!
viernes, 21 de junio de 2013
Un osito de peluche (no se si de Taiwán)
Se acerca uno de los días más esperados y temidos del año: ¡ya casi es mi cumpleaños!
Y siempre me entra la cuestión reflexiva de que he hecho o dejado de hacer. Por eso esta entrada es para mi, es mi regalo de cumpleaños.
Un tiempo me dio por esforzarme en alcanzar la tan anhelada madurez que yo veía de pequeña en la gente grande. Cabe aclarar que este mentada madurez nunca llegó. Al menos desde la forma en la que yo la veo: llegar a mi edad siendo una ñora respetable y un poco aburrida jeje.
La verdad es que sigo haciendo muchas tarugadas. Hago dramas y berrinches como de chavilla de secundaria. Mis finanzas no son precisamente las más sanas. A pesar de ser más o menos "independiente", a veces tengo ganas de que me cuiden y se preocupen por mi. Mi calzado favorito siguen siendo los tenis. Tengo más de 30, y uso braquets. Me gustan los besos intensos sin testigos. Lloro cuando veo películas casi de cualquier género (pequeño problema si se va al cine ). Sigo volteando a ver la luna cada que puedo, y me emociono cuando la observo redonda y brillante. Algunas veces lloro, nada más por llorar.
Al susto más bonito de mi vida le puse Ximena. Las chamoyadas son la neta del planeta. Cambio de temas sin querer queriendo. Frecuentemente sueño despierta y creo que esa es una de las causas de mi insomnio. Duermo con un oso de peluche y aún recuerdo que mi papá me dijo que iba a tener 15 años e iba a seguir con el oso (superé la expectativa). Mis pijamas favoritas son de Kitty. Tuerzo la boca cuando algo me disgusta (mi mamá dice que un día se me va a quedar así). Quesque parezco ñoña pero en el fondo soy bien ñera. Me entra la loquera y soy odiosa. Quiero con el corazón.
Por eso ya no quiero que llegue la famosa señora madurez. Porque mis cosas favoritas no tienen nada que ver con su llegada. Y no es que reniegue de mi edad. También tiene sus ventajas. Unos tragos coqueros casuales con buena plática siempre rejuvenecen el alma.
Si hay algo que pido es que esto que es la vida siga llenándome. Hasta los dramas de secundaria tienen el encanto de hacer que mi corazón lata a un ritmo cadencioso y diferente.
PD: Señora Madura, siga esperando, a lo mejor un día de estos llego, pero siéntese, no se vaya a cansar porque no llevo prisa ¡ja!
Y siempre me entra la cuestión reflexiva de que he hecho o dejado de hacer. Por eso esta entrada es para mi, es mi regalo de cumpleaños.
Un tiempo me dio por esforzarme en alcanzar la tan anhelada madurez que yo veía de pequeña en la gente grande. Cabe aclarar que este mentada madurez nunca llegó. Al menos desde la forma en la que yo la veo: llegar a mi edad siendo una ñora respetable y un poco aburrida jeje.
La verdad es que sigo haciendo muchas tarugadas. Hago dramas y berrinches como de chavilla de secundaria. Mis finanzas no son precisamente las más sanas. A pesar de ser más o menos "independiente", a veces tengo ganas de que me cuiden y se preocupen por mi. Mi calzado favorito siguen siendo los tenis. Tengo más de 30, y uso braquets. Me gustan los besos intensos sin testigos. Lloro cuando veo películas casi de cualquier género (pequeño problema si se va al cine ). Sigo volteando a ver la luna cada que puedo, y me emociono cuando la observo redonda y brillante. Algunas veces lloro, nada más por llorar.
Al susto más bonito de mi vida le puse Ximena. Las chamoyadas son la neta del planeta. Cambio de temas sin querer queriendo. Frecuentemente sueño despierta y creo que esa es una de las causas de mi insomnio. Duermo con un oso de peluche y aún recuerdo que mi papá me dijo que iba a tener 15 años e iba a seguir con el oso (superé la expectativa). Mis pijamas favoritas son de Kitty. Tuerzo la boca cuando algo me disgusta (mi mamá dice que un día se me va a quedar así). Quesque parezco ñoña pero en el fondo soy bien ñera. Me entra la loquera y soy odiosa. Quiero con el corazón.
Por eso ya no quiero que llegue la famosa señora madurez. Porque mis cosas favoritas no tienen nada que ver con su llegada. Y no es que reniegue de mi edad. También tiene sus ventajas. Unos tragos coqueros casuales con buena plática siempre rejuvenecen el alma.
Si hay algo que pido es que esto que es la vida siga llenándome. Hasta los dramas de secundaria tienen el encanto de hacer que mi corazón lata a un ritmo cadencioso y diferente.
PD: Señora Madura, siga esperando, a lo mejor un día de estos llego, pero siéntese, no se vaya a cansar porque no llevo prisa ¡ja!
miércoles, 5 de junio de 2013
De lo que no hablo
Casi siempre hablamos de nuestra éxitos, pero ¿dónde dejamos al incondicional fracaso? De la derrota, de haber perdido, de reconocer que alguien más nos ganó. De eso nunca hablamos.
A veces pienso que es más valiente echarse para atrás o hacerse a un ladito que insistir en una campaña sin futuro. El problema es que nos cuesta tomar la decisión de abandonar el barco.
Es como echarse un clavado en mar abierto y no ver tierra. No sabemos que vamos a encontrar en el mejor de los casos, o si de plano vamos a tener que aguantar no encontrar nada.
Es como la sensación de derrota, esa que nos deja un hueco en la panza. Y es difícil reconocer que no hemos ganado o que en realidad estamos perdiendo algo que nunca tuvimos.
A mi a veces me dan ganas de tomar mis tenis más cascareados, esos tenis desgastados pero lo bastante cómodos para aguantar la caminata, y hacerme a un ladito.
Aunque con el paso del tiempo creo que hasta eso lo disfruto. El sentimiento de tristeza y añoranza tienen la gracia de hacer que me sienta viva.
Cada lágrima, cada rotura de corazón, no son más que llamadas a la razón de que hay tripa con sentimiento.
Por eso hasta eso hay que disfrutar en esta vida ¡carajo!
Si no doliera el corazón, ¿cómo estaríamos seguros de que late?
A veces pienso que es más valiente echarse para atrás o hacerse a un ladito que insistir en una campaña sin futuro. El problema es que nos cuesta tomar la decisión de abandonar el barco.
Es como echarse un clavado en mar abierto y no ver tierra. No sabemos que vamos a encontrar en el mejor de los casos, o si de plano vamos a tener que aguantar no encontrar nada.
Es como la sensación de derrota, esa que nos deja un hueco en la panza. Y es difícil reconocer que no hemos ganado o que en realidad estamos perdiendo algo que nunca tuvimos.
A mi a veces me dan ganas de tomar mis tenis más cascareados, esos tenis desgastados pero lo bastante cómodos para aguantar la caminata, y hacerme a un ladito.
Aunque con el paso del tiempo creo que hasta eso lo disfruto. El sentimiento de tristeza y añoranza tienen la gracia de hacer que me sienta viva.
Cada lágrima, cada rotura de corazón, no son más que llamadas a la razón de que hay tripa con sentimiento.
Por eso hasta eso hay que disfrutar en esta vida ¡carajo!
Si no doliera el corazón, ¿cómo estaríamos seguros de que late?
martes, 28 de mayo de 2013
La inmortalidad del cangrejo
De esas veces que estas pensando en la inmortalidad del cangrejo, porque hay mucho tiempo libre, me pongo a pensar que esta vida que tengo es bien rara.
Mis vecinos hablan como en danés, y no les entiendo ni papa. Pero esta bien, así no me distraen poniéndome a pensar en lo que les pasa.
Y si digo que es bien rara es porque me pasan cosas bien chistosas. La verdad es que soy bien berrinchudita, pero las cosas chistosas a las que me refiero es que aplica el dicho de no hay mal que por bien no venga.
Todas esas cosas que he perdido en algún momento como cosas materiales, afectos, apegos, cariños, relaciones, dinero, momentos, siempre me han traído cosas mejores.
Yo creo que por eso, últimamente, cuando siento que estoy perdiendo algo, volteo al pasado y pienso que llegará algo mejor.
De todas formas he tenido y mucho, y sigo teniendo. Tengo una hija que es la mejor cosa que yo he podido haber merecido en este mundo. Más bien creo que no la merezco, y mucho menos merezco todo el amor que me da, incluso es más de lo que pude haber imaginado, aunque no parezca. Tengo un trabajo que me hace sentir útil, hasta pude darme el lujo de aprender, porque llega un momento en la vida en que es un lujo. Y amigos que están ahí con todo y mis rarezas.
¡Hasta tuve un marido! Y eso es lo más locochón que me ha pasado... ¿En qué momento? Bueno pero siempre es de sabios rectificar el camino.
Mi vida ha estado llena de gente que vale la pena, algunos se han quedado, otros han desaparecido y regresado y unos más llegan y se van, pero lo que si es que algo han dejado.
De alguien aprendí algo, que hay que dejar ir, para que llegue más y mejor. Aunque a veces mi terquedad me gana y me aferro, siempre término dejando, y es que todo es cuestión de decisión, de dar ese paso que nos lanza al vacío y donde no hay retorno.
A lo mejor ese es mi destino, tener una vida rara que no tenga mucho de normal y si mucho de aventuras, encuentros, desencuentros y aprendizaje. De viajes y de libertad. Que a final de cuentas, ¡cómo me costó recuperarla!
Por eso se que pase lo que pase, llegará algo mejor...
Eso siempre pasa.
Mis vecinos hablan como en danés, y no les entiendo ni papa. Pero esta bien, así no me distraen poniéndome a pensar en lo que les pasa.
Y si digo que es bien rara es porque me pasan cosas bien chistosas. La verdad es que soy bien berrinchudita, pero las cosas chistosas a las que me refiero es que aplica el dicho de no hay mal que por bien no venga.
Todas esas cosas que he perdido en algún momento como cosas materiales, afectos, apegos, cariños, relaciones, dinero, momentos, siempre me han traído cosas mejores.
Yo creo que por eso, últimamente, cuando siento que estoy perdiendo algo, volteo al pasado y pienso que llegará algo mejor.
De todas formas he tenido y mucho, y sigo teniendo. Tengo una hija que es la mejor cosa que yo he podido haber merecido en este mundo. Más bien creo que no la merezco, y mucho menos merezco todo el amor que me da, incluso es más de lo que pude haber imaginado, aunque no parezca. Tengo un trabajo que me hace sentir útil, hasta pude darme el lujo de aprender, porque llega un momento en la vida en que es un lujo. Y amigos que están ahí con todo y mis rarezas.
¡Hasta tuve un marido! Y eso es lo más locochón que me ha pasado... ¿En qué momento? Bueno pero siempre es de sabios rectificar el camino.
Mi vida ha estado llena de gente que vale la pena, algunos se han quedado, otros han desaparecido y regresado y unos más llegan y se van, pero lo que si es que algo han dejado.
De alguien aprendí algo, que hay que dejar ir, para que llegue más y mejor. Aunque a veces mi terquedad me gana y me aferro, siempre término dejando, y es que todo es cuestión de decisión, de dar ese paso que nos lanza al vacío y donde no hay retorno.
A lo mejor ese es mi destino, tener una vida rara que no tenga mucho de normal y si mucho de aventuras, encuentros, desencuentros y aprendizaje. De viajes y de libertad. Que a final de cuentas, ¡cómo me costó recuperarla!
Por eso se que pase lo que pase, llegará algo mejor...
Eso siempre pasa.
miércoles, 15 de mayo de 2013
6 años
¡Seis años! 2,192 días, un sexenio. Siete jefes diferentes, 3 asensos de categoría y una supervisión, decenas de compañeros, miles de usuarios. ¡Y cuantas cosas han pasado durante esos 2,192 días!
Más allá del trabajo, es de lo que ha pasado en la vida. Eso si, me ha dado grandes satisfacciones profesionales, y puedo decir que hasta he concretado sueños guajiros gracias a mi empleo.
Llegué con un marido y una hija, y ahora sigo con la compañerita de la vida, pero sin el esposo. Mi trabajo ha hecho que me sienta independiente y segura, y hasta en los momentos de tristeza ha estado ahí, fiel, haciendo que mi cabeza se ocupe, en lugar de andar llorando por los rincones.
En seis años ha pasado de todo: un choque de auto, una descalabrada, corazón roto unas cuantas ocasiones, una epidemia de influenza, bodas, divorcios, cumpleaños, un título profesional, amigos, viajes, lágrimas y también muchas risas.
Que diferente se ve todo seis años después. Algunos sueños se hicieron realidad, otros se esfumaron, y unos cuantos siguen siendo sueños.
Y si hay algo que agradezco de este viaje, son los afectos que he encontrado en el camino. El sentido de compañerismo y amistad. Esos amigos que han estado en los momentos difíciles pero también han sido parte de los más felices.
Así las cosas laborales, esperemos que vengan más aventuras, total, ya conocí a Bruce Lee, en una de esas puede aparecer Chuck Norris! Ja!
Más allá del trabajo, es de lo que ha pasado en la vida. Eso si, me ha dado grandes satisfacciones profesionales, y puedo decir que hasta he concretado sueños guajiros gracias a mi empleo.
Llegué con un marido y una hija, y ahora sigo con la compañerita de la vida, pero sin el esposo. Mi trabajo ha hecho que me sienta independiente y segura, y hasta en los momentos de tristeza ha estado ahí, fiel, haciendo que mi cabeza se ocupe, en lugar de andar llorando por los rincones.
En seis años ha pasado de todo: un choque de auto, una descalabrada, corazón roto unas cuantas ocasiones, una epidemia de influenza, bodas, divorcios, cumpleaños, un título profesional, amigos, viajes, lágrimas y también muchas risas.
Que diferente se ve todo seis años después. Algunos sueños se hicieron realidad, otros se esfumaron, y unos cuantos siguen siendo sueños.
Y si hay algo que agradezco de este viaje, son los afectos que he encontrado en el camino. El sentido de compañerismo y amistad. Esos amigos que han estado en los momentos difíciles pero también han sido parte de los más felices.
Así las cosas laborales, esperemos que vengan más aventuras, total, ya conocí a Bruce Lee, en una de esas puede aparecer Chuck Norris! Ja!
viernes, 8 de marzo de 2013
La cicatriz
Hoy me vi al espejo y vi esa cicatriz, si, esa que a veces pasa desapercibida. Una marca en el párpado izquierdo.
Hoy la vi, hace mucho que no le tomaba importancia pero creo que es un buen recordatorio de lo que no debió pasar.
Tuve la "mala suerte" de estar detrás de la puerta, justo en el momento en que "por accidente" alguien la abría lleno de ira y furia.
Cuando vi el chorro de sangre lo primero que pensé es "¿qué voy a decir que me pasó?, ¿cómo voy a ir a trabajar así?".
Hoy la vi y dije: ahí estas recordándome lo que no va a volver a pasar en mi vida.
Si, en algún momento me avergonzó. Hoy asumo mi parte de responsabilidad, por permitir a otra persona llegar a ese punto. Quien sabe de dónde me salieron fuerzas, pero el tomar las riendas de mi vida y decidir que eso no era lo que quería, a costa de perder "todo" me hace sentir bien orgullosa.
Esa ha sido la más difícil de las decisiones, pero también la que me ha dado más satisfacciones.
Creo que las fuerzas salieron de Ximena. Si hay algo que me preocupa es su felicidad, y no quería un ejemplo de madre maltratada para mi hija.
La libertad me ha enseñado que quien te quiere, no va a limitar tus sueños, ni tus aspiraciones, ni te va a hacer sentir menos por la simple condición de ser mujer, y mucho menos te va a lastimar.
Hoy soy feliz por el simple hecho de ser la dueña de mi destino. Le he dado vuelo a la hilacha, pero también he aprendido, conocido, y sobre todo, descubrí que podía ser responsable de mi propia vida.
Y si, ser mujer es la ondita, ¡ja! :)
viernes, 22 de febrero de 2013
Llegó el día
¡Carnal! ¿Qué te digo? Eres mi compañero de aventuras, el único que he tenido... A veces me caes gordo porque eres bien fastidioso. Tu perfección me opaca y dejé de ser la consentida cuando tu llegaste.
Pero desde que naciste, cuando yo tenía como 4 años y medio, supe que nunca iba a volver a estar sola.
Hoy te casas. Y la verdad te veo pleno y feliz.
Tu has sido el hijo que cualquier padre quisiera tener. Incluso yo.
Has hecho todo como debía ser, según los patrones establecidos, por esta sociedad que a veces es medio ojete con las mujeres. Aún así tu y yo siempre nos hemos visto como iguales. Aún recuerdo cuando en los pleitos te ganaba y a pesar de ello hacías paro y me ayudaba a pasar el último nivel del Mario Bros.
Tampoco se me olvida que fuiste el primero en apoyarme cuando decidí que mi vida la tenía que hacer diferente. Tuviste el valor que me faltaba para decir que querías una hermana feliz antes que una hermana sobajada. Por eso te amo. Porque eres un chingón.
Tu mejor que nadie sabes que siempre he sido rara. Soy un bato en cuerpo de mujer. ¿Pero qué te digo? Mi papa me hizo así.
Ilse es el amor de tu vida y si hay algo que te envidio es eso. Encontrar a tu complemento.
Preocúpate por hacer feliz a Ilse, habrá momentos en los que querrás decir: ¿Qué chingados estoy haciendo aquí? Pero van a pasar.
Ámense como siempre lo han hecho.
Te amo hermano.
Gracias por tu compañía estos 28 años.
Pero desde que naciste, cuando yo tenía como 4 años y medio, supe que nunca iba a volver a estar sola.
Hoy te casas. Y la verdad te veo pleno y feliz.
Tu has sido el hijo que cualquier padre quisiera tener. Incluso yo.
Has hecho todo como debía ser, según los patrones establecidos, por esta sociedad que a veces es medio ojete con las mujeres. Aún así tu y yo siempre nos hemos visto como iguales. Aún recuerdo cuando en los pleitos te ganaba y a pesar de ello hacías paro y me ayudaba a pasar el último nivel del Mario Bros.
Tampoco se me olvida que fuiste el primero en apoyarme cuando decidí que mi vida la tenía que hacer diferente. Tuviste el valor que me faltaba para decir que querías una hermana feliz antes que una hermana sobajada. Por eso te amo. Porque eres un chingón.
Tu mejor que nadie sabes que siempre he sido rara. Soy un bato en cuerpo de mujer. ¿Pero qué te digo? Mi papa me hizo así.
Ilse es el amor de tu vida y si hay algo que te envidio es eso. Encontrar a tu complemento.
Preocúpate por hacer feliz a Ilse, habrá momentos en los que querrás decir: ¿Qué chingados estoy haciendo aquí? Pero van a pasar.
Ámense como siempre lo han hecho.
Te amo hermano.
Gracias por tu compañía estos 28 años.
Escribir por placer
Uno de los mayores gustos que he encontrado en la vida es escribir. La mayoría de las veces redacto para mí, para aclarar las ideas y ver desde el punto de vista de una tercera persona lo que pasa en mi vida. Cuando releo lo que anoté en algún texto es como si estuviera escuchando la plática de una amiga o, a veces, hasta de una extraña.

Soy fanática del blog. No con mucha frecuencia, porque no siempre me llega la inspiración y no se me ocurre que escribir (o escribirme). En ocasiones hago entradas para gente cercana, es como hacer una carta pero que la pueda leer cualquiera. La ventaja de escribir en un blog personal es que el escritor es libre. Libre de poner lo que se le dé la gana, o de no poner nada.
Procuro que tenga buena ortografía, aunque ocasionalmente he caído en errores fatales. Me gusta que se entienda, por lo menos que sea lo más claro posible para el mundo o para quien se tome un poco de tiempo y le da una leída a asuntos que no tendrían por qué ser relevantes en su vida. Un amigo dice que el lenguaje es un ente vivo, y por lo tanto no debe estar sujeto a reglas, pero sin esas reglas sería un verdadero desgarriate entendernos. Cuando escriben "Erez lo makzymo", me cuesta entender, así que procuro no hacerlo.

Uno de mis escritores favoritos por el estilo que utiliza en sus libros, es Gustavo Sainz. Nació el mismo día que yo, pero 40 años antes, el 13 de julio de 1940. La primera vez que lo leí fue porque me regalaron uno de sus libros: La Princesa del Palacio de Hierro. Me enamoré de su estilo coloquial y dicharachero. Y de cómo la protagonista cuenta sus aventuras, tragedias, peripecias amorosas y diversiones (algunas de ellas no muy legales). Habla sin parar, como si estuviera "chismorreando" con alguien muy cercano. Su conversación puede ir del tema más frívolo, a la revelación más íntima y estremecedora, pero nunca pierde ese toque festivo y populachero.
Creo que en el fondo me siento como la Princesa del Palacio de Hierro, pero 30 años después, por eso mis publicaciones son así, coloquiales.
Sin importar el tema, o si somos brillantes escritores, sin la necesidad de que alguien más nos lea, el escribir nos brinda la posibilidad de conocernos desde un espacio diferente. Algunas personas van al psicólogo como terapia, yo publico en mi blog. Probablemente en algunos años, cuando lea nuevamente los textos que hoy escribo, me reconozca de una manera diferente. O me encuentre nuevamente en el camino.
Por lo pronto trataré de seguir disfrutando de este gusto, que de culposo no tiene nada.
domingo, 27 de enero de 2013
Los diamantes ¿neta, si son eternos?
Este asunto de la boda de mi hermano me esta poniendo un poco tensa; ya quiero que pase el "gran" evento, porque las bodas no son lo mío.
No me malinterpreten, me da gusto la felicidad de mi hermano y mi cuñada, pero para desgracia de mi madre tiene una hija a la que no le gustan las bodas, y para mi desgracia, tengo una hija a la que le causan emoción y anhelo (¿de qué? No se, pero ha de ser que anhela la fiesta jijiji).
Ok, estoy de acuerdo en que las bodas son para festejar la unión y compromiso de dos personas que se aman, por lo menos en el sentido occidental y romántico de la situación. No voy a entrar en detalles con las culturas que practiquen la poligamia, así que lo dejaré en dos personas. La pregunta del millón es ¿cuánto va a durar esa unión?
Primer desacuerdo: el anillo de compromiso. Se supone que el anillo de compromiso es el símbolo del amor eterno, gracias a que la durabilidad del diamante es "forever" (según esto). Desde mi particular punto de vista el anillo de compromiso es como el objeto de cambio por una promesa, y esa promesa quien sabe si se llegue a cumplir.
Si se trata de regalar algo material como símbolo de que van a amarme por siempre, mejor que me regalen algo que use. Para empezar no me pongo anillos (el voli ball dejo mis dedos chuecos). Que me regale un coche, una iMac, un iPad, un viaje, algo que sí vaya a serme de provecho, ¡haaaa! Porque también acabo de descubrir gracias a Ximena que el anillo debe de costar 3 veces el salario mensual del novio; si pierdo el mugrero de anillo, en una de esas me lo cobran y me dará mucho coraje así que mejor que me regale algo útil, no una piedra que después tenga guardada y no pueda revender.
Segundo desacuerdo: la boda.
Me gustan las bodas ajenas, las que yo no tengo que preocuparme por organizar, en las que brindo y bailo y mi única obligación es llegar a tiempo del salón de belleza, me gustan las bodas donde uso vestido coquetón y tacones altos. No es que yo ande organizando la boda de mi hermano pero bien o mal tengo que ser partícipe del acontecimiento para las cuestiones protocolarias. Y eso ¡me angustia! A mi que me digan que tengo que hacer, donde tengo que pararme, cuanto va a costar, ¡y ya! Para mi gusto es un gastote en una fiesta muy grandota que se puede usar en otra cosa. Además eso del vestido blanco no es lo mío; yo fui una novia bien rebelde de pantalones jajaja.
Tercer desacuerdo: el matrimonio. Una vez cometí la equivocación, y muy grande por cierto, de casarme. ¡No lo vuelvo a hacer! Yo era feliz en unión libre. Creo en el compromiso pero no en el matrimonio. El amor no tiene por qué ser para siempre y menos ser una obligación. Prefiero un amor leal.
Por eso tampoco use anillo de casada (ni el susodicho). Para ser fiel, estar comprometido, amar a alguien, no se requiere de los grilletes... ¡Cof! ¡Cof! Perdón anillos de matrimonio. El matrimonio es un contrato, ¿qué tiene eso de romántico? Romántico que alguien este contigo (o conmigo) ¡por puro gusto!
Por eso y lo que se acumule no me gusta el asunto del casorio. A lo mejor un día cambio de opinión (aunque lo dudo mucho), y me trago mis palabras y mis letras, ¡ja!
Por lo pronto, solo les digo a Ilse y Memo que aunque yo piense de forma diferente me encanta verlos felices. Los quiero.
No me malinterpreten, me da gusto la felicidad de mi hermano y mi cuñada, pero para desgracia de mi madre tiene una hija a la que no le gustan las bodas, y para mi desgracia, tengo una hija a la que le causan emoción y anhelo (¿de qué? No se, pero ha de ser que anhela la fiesta jijiji).
Ok, estoy de acuerdo en que las bodas son para festejar la unión y compromiso de dos personas que se aman, por lo menos en el sentido occidental y romántico de la situación. No voy a entrar en detalles con las culturas que practiquen la poligamia, así que lo dejaré en dos personas. La pregunta del millón es ¿cuánto va a durar esa unión?
Primer desacuerdo: el anillo de compromiso. Se supone que el anillo de compromiso es el símbolo del amor eterno, gracias a que la durabilidad del diamante es "forever" (según esto). Desde mi particular punto de vista el anillo de compromiso es como el objeto de cambio por una promesa, y esa promesa quien sabe si se llegue a cumplir.
Si se trata de regalar algo material como símbolo de que van a amarme por siempre, mejor que me regalen algo que use. Para empezar no me pongo anillos (el voli ball dejo mis dedos chuecos). Que me regale un coche, una iMac, un iPad, un viaje, algo que sí vaya a serme de provecho, ¡haaaa! Porque también acabo de descubrir gracias a Ximena que el anillo debe de costar 3 veces el salario mensual del novio; si pierdo el mugrero de anillo, en una de esas me lo cobran y me dará mucho coraje así que mejor que me regale algo útil, no una piedra que después tenga guardada y no pueda revender.
Segundo desacuerdo: la boda.
Me gustan las bodas ajenas, las que yo no tengo que preocuparme por organizar, en las que brindo y bailo y mi única obligación es llegar a tiempo del salón de belleza, me gustan las bodas donde uso vestido coquetón y tacones altos. No es que yo ande organizando la boda de mi hermano pero bien o mal tengo que ser partícipe del acontecimiento para las cuestiones protocolarias. Y eso ¡me angustia! A mi que me digan que tengo que hacer, donde tengo que pararme, cuanto va a costar, ¡y ya! Para mi gusto es un gastote en una fiesta muy grandota que se puede usar en otra cosa. Además eso del vestido blanco no es lo mío; yo fui una novia bien rebelde de pantalones jajaja.
Tercer desacuerdo: el matrimonio. Una vez cometí la equivocación, y muy grande por cierto, de casarme. ¡No lo vuelvo a hacer! Yo era feliz en unión libre. Creo en el compromiso pero no en el matrimonio. El amor no tiene por qué ser para siempre y menos ser una obligación. Prefiero un amor leal.
Por eso tampoco use anillo de casada (ni el susodicho). Para ser fiel, estar comprometido, amar a alguien, no se requiere de los grilletes... ¡Cof! ¡Cof! Perdón anillos de matrimonio. El matrimonio es un contrato, ¿qué tiene eso de romántico? Romántico que alguien este contigo (o conmigo) ¡por puro gusto!
Por eso y lo que se acumule no me gusta el asunto del casorio. A lo mejor un día cambio de opinión (aunque lo dudo mucho), y me trago mis palabras y mis letras, ¡ja!
Por lo pronto, solo les digo a Ilse y Memo que aunque yo piense de forma diferente me encanta verlos felices. Los quiero.
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