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domingo, 11 de agosto de 2013

Tan singular como yo...

Hoy me di cuenta que soy bien ermitaña. No me molesta, al contrario. Siempre hablo de lo que hago en singular, hace mucho que deje de hablar en plural.

Mi tarde de domingo fue muy amena. Me fui de turista al centro de la ciudad. Claro que por ser domingo, todo estaba cerrado jajaja... Pero encontré muchas cosas que por lo general no veo. Y eso que paso por ahí casi a diario.

Y justo ahí fue donde me di cuenta que es bien raro que diga un "nosotros", o en todo caso "nosotras". Ya no se si con el tiempo me he hecho muy mamona o es la comodidad. La comodidad de no batallar. Tal vez es parte de crecer. La cuestión de elegir y asumir lo que nos gusta o nos desagrada de esta vida, y tener el valor de externarlo.

Una vez mi ortodontista (que acá entre nos es como mi psicóloga), me dijo que había personas que eran muy felices ellas solitas. Yo creo que soy de esas personas. Resulta muy difícil emitir palabras cuando le están metiendo mano a la dentadura propia. Creo que por eso la doctora se explaya con la reflexión, jejeje.

Si hay algo que quiero hacer es viajar sola. Ese será uno de mis próximos objetivos. Aguantarme a mi misma unos cuantos días. O regreso más loca o queriéndome más.

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