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viernes, 21 de junio de 2013

Un osito de peluche (no se si de Taiwán)

Se acerca uno de los días más esperados y temidos del año: ¡ya casi es mi cumpleaños!

Y siempre me entra la cuestión reflexiva de que he hecho o dejado de hacer. Por eso esta entrada es para mi, es mi regalo de cumpleaños.

Un tiempo me dio por esforzarme en alcanzar la tan anhelada madurez que yo veía de pequeña en la gente grande. Cabe aclarar que este mentada madurez nunca llegó. Al menos desde la forma en la que yo la veo: llegar a mi edad siendo una ñora respetable y un poco aburrida jeje.

La verdad es que sigo haciendo muchas tarugadas. Hago dramas y berrinches como de chavilla de secundaria. Mis finanzas no son precisamente las más sanas. A pesar de ser más o menos "independiente", a veces tengo ganas de que me cuiden y se preocupen por mi. Mi calzado favorito siguen siendo los tenis. Tengo más de 30, y uso braquets. Me gustan los besos intensos sin testigos. Lloro cuando veo películas casi de cualquier género (pequeño problema si se va al cine ). Sigo volteando a ver la luna cada que puedo, y me emociono cuando la observo redonda y brillante. Algunas veces lloro, nada más por llorar.

Al susto más bonito de mi vida le puse Ximena. Las chamoyadas son la neta del planeta. Cambio de temas sin querer queriendo. Frecuentemente sueño despierta y creo que esa es una de las causas de mi insomnio. Duermo con un oso de peluche y aún recuerdo que mi papá me dijo que iba a tener 15 años e iba a seguir con el oso (superé la expectativa). Mis pijamas favoritas son de Kitty. Tuerzo la boca cuando algo me disgusta (mi mamá dice que un día se me va a quedar así). Quesque parezco ñoña pero en el fondo soy bien ñera. Me entra la loquera y soy odiosa. Quiero con el corazón.

Por eso ya no quiero que llegue la famosa señora madurez. Porque mis cosas favoritas no tienen nada que ver con su llegada. Y no es que reniegue de mi edad. También tiene sus ventajas. Unos tragos coqueros casuales con buena plática siempre rejuvenecen el alma.

Si hay algo que pido es que esto que es la vida siga llenándome. Hasta los dramas de secundaria tienen el encanto de hacer que mi corazón lata a un ritmo cadencioso y diferente.

PD: Señora Madura, siga esperando, a lo mejor un día de estos llego, pero siéntese, no se vaya a cansar porque no llevo prisa ¡ja!

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