martes, 26 de abril de 2011
¨Por el puro gusto!
Lo más chistoso de todo esto de las reuniones de generación, en la que se convoca a excompañeros de escuela, es que estando ahí siento que el tiempo no paso... Que seguimos siendo los mismos chamacos que se ríen de cualquier cosa: el profesor que se tropezó, el compañero al que le tiran carrilla porque fallo un tiro en el fútbol, la parejita nueva...
Y cuando vas de regreso te das cuenta que ya paso media vida, si, ¡media vida! Y cuantas cosas sucedieron para que llegáramos a este punto. Algunos cumplieron sus deseos profesionales o personales; otros los transformaron y de algunos más no sabías nada a este ese momento.
Confieso que mi gusto culposo es organizar este tipo de reuniones. No por qué me guste la cuestión de andar invitando gente que hace años no veo, o por la complicación que implica la logística de organizar cualquier evento social.
Me gusta por la emoción que provoca en mi ver a personas que realmente aprecio y que muy probablemente no frecuento muy seguido.
Hoy una persona comentaba que no estaba segura de acudir a una de estas reuniones porque de seguro iban a platicar solamente de como los trataba la vida, de cuantos se habían casado y quien tenía más hijos.
La verdad, cuando he ido a alguna de estas reuniones, es de lo que menos me acuerdo jejeje.
Y vuelvo a lo mismo. Estar con la gente que te conoce desde hace mucho tiempo hace que no sea necesario informarle quien eres o por qué eres de tal o cual manera. Conoce tu historia y sabe los detalles necesarios como para no estar dando tanta explicación de los acontecimientos que marcaron tu vida.
Esta es una de esas cosas que disfruto por el puro gusto. Recordar las boberías que nos divertían, el saber que la única preocupación es pasar un examen y que tenemos toda una vida por delante, al menos en mi, hace que sienta un montón de ganas de seguir adelante.
Disfruto enormemente ver la cara de emoción de mis compañeros de escuela al encontrarse con personas que de alguna u otra forma influyeron en su vida.
Si! es como hacer un viaje al pasado, al menos por unas horas para olvidarnos de esas preocupaciones que provoca la adultez. Y además descubrimos que no somos tan diferentes, que ahí afuera hay alguien más con nuestros mismos intereses, gustos y temores.
Nos da la oportunidad de encontrarnos con nuestro antiguo "yo", ese que alguna vez creímos que había quedado guardado en el baúl de los recuerdos. Y de redescubrir que estamos haciendo aquí.
En verdad me gusta. Me gusta bailar canciones "viejitas" con pasos ridículos para armar una coreografía de la que aun me acuerdo. Me gusta encontrarme con ese exnovio que me rompió el corazón pero que ahora que lo pienso, no era el amor de mi vida, jejeje. Me gusta encontrar a personas con las que tal vez nunca crucé palabra pero que ahora descubro que son interesantes y que de ahí puede surgir una verdadera amistad. Y lo que me encanta es hablar con esos aquellos que a pesar del tiempo y la distancia siguen siendo eso: Mis Amigos.
Lo reconozco, ¡soy cursi! Pero ¿quén no?, así que me aplicaré y organizaré otra, junto con mis amigochos Gabriel y Chava jejeje porque en el fondo son igualitos a mi =).
Nada más por el puro gusto!
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