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lunes, 31 de diciembre de 2012

2012, un año redondo!

Ya me esta entrando el sentimentalismo de fin de año, ese en el que analisas como te fue estos 12 meses con sus 365 días de aventuras.

La verdad no puedo quejarme de este año, ha sido redondo!

Si me hubieran dicho que este año iba a regresar a la escuela, cruzar medio mundo, pasar el examen imposible, que me iban a descalabrar, me hubiera carcajeado, ja!

La verdad me siento bien afortunada: tengo una familia que me aguanta con todas mis loqueras, una hija que la mayoría de las veces me enseña más de lo que he aprendido en mi vida y me da el amor más incondicional de todos. Salud y trabajo.

Sobre todo me siento infinitamente agradecida por tener estos amigos incondicionales que son amigos así, de la vida. Ese descalabro no hizo más que demostrarme una vez más que es en los momentos difíciles donde se conoce a las personas que hay que conservar en la vida. Y si a eso le sumamos que hemos pasado momentos memorables y divertidos, que más se puede pedir?

También están mis compañeros de trabajo, que son como mi familia, los veo más que a mi hija! Todos los días me enseñan que a pesar de las diferencias estamos trepados en el mismo barco y con todo y los desacuerdos la unidad hace la fuerza.

Me siento plena, realizada, feliz y muy contenta. Hasta podría decir que me siento una chamaca de 20, jajaja!

Y la soltería... Pues que viva la soltería! Como dice mi amigo el ídolo juvenil: "Soltera pero no sola".

De verdad me ha encantado este 2012, con las de cal y las de arena, he aprendido mucho y amado más.

Que el 2013 llegue con más! Y que sea otro año de esos que me gustan: REDONDO!

lunes, 19 de noviembre de 2012

Seguimos con ganas de todo.

A veces pierdo la conciencia de la edad que tengo, no les ha pasado? A mis amigos de prepa los conozco desde hace media vida... Literal! Y si, nuestras vidas han ido cambiando, se han modificado las pláticas, los temas, la adultez ha cobrado su factura y no hemos escapado a problemas, responsabilidades, falta de tiempo, y hasta la transformación de nuestros cuerpos.

Pero muchas veces nos encontramos hablando de las mismas boberías que hace 15 años. Seguimos bailando como desesperados cuando suena la rola que nos prende, seguimos carcajeándonos del profe tal que se tropezó a media clase, seguimos haciendo el oso cuando agarramos la borrachera, seguimos soñando con amores platónicos... Creo que en fondo seguimos siendo los mismos chamacos buscándole sentido a la existencia.

No es que no disfrute mi edad, al contrario! Tener 32 es la onda! Es como tener 16 pero con el dinero suficiente para ir y hacer lo que se nos da la gana y sin que nos espere una mega regañada por haber llegado tarde de la fiesta.

Y me sigo preguntando cuándo será el día en que esta chiva loca quiera sentar cabeza y tomarse un respiro (creo que mis santos padres se lo siguen preguntando también je!).

Y a veces hasta pienso que mi chiquilla dice lo mismo: tiene que aguantar a una madre que canta como loca con el estereo del coche a todo volumen cuando escucha a los Foo Fighters...

Creo que va a pasar mucho tiempo y yo voy a seguir esperando que se le baje la pila al hámster loco que habita en mi cabeza. Estas ideas locochonas me siguen llegando... Hasta regresé a la escuela a sufrir con tareas... Y por puro gusto! 

Lo único que extraño de tener 16 es... Pues en realidad no extraño nada! Je! 

lunes, 1 de octubre de 2012

La hormona adolescente ataca de nuevo.

Si hace quince años alguien me hubiera dicho que pasando los 30 iba a estar en una de las etapas  más emocionantes de mi vida, me hubiera carcajeado en su cara.

Últimamente el sentido que tengo del tiempo se ha distorsionado bien raro; para empezar eso de que la edad es mental cada vez me queda más claro. Cuando tenía 25, me sentía súper ñora. No sé si por que 10 kilos de ricas garnachas acumuladas en mi cuerpecito eran las culpables, o porque con un marido, una hija y una casa creía que hasta ahí había llegado mi época de destrampe juvenil, jaja.

Y es que en mis épocas de inocente pubertad era mucho más sencillo eso de las relaciones de pareja: te gustaba un niño, le gustabas y "andaban". Hasta que alguno de los dos se aburría y "cortabas". O llegara alguien más vivo y diera "baje". Pero todo era bastante claro. 

Eso ya es cosa del pasado: ya no "andamos"; "salimos". Y aunque puede llegar a ser muy confuso, tiene ese espíritu de comodidad que lo hace tan atractivo. Nos limitamos a no hacer compromisos, simplemente es el hoy y ahora; dejamos de "batallar".

Por eso a veces me dan ganas de enamorarme. Pero me acuerdo de que me llegaba el apendejamiento y es cuando me arrepiento. Si, hoy estoy en una de esas etapas de reina del drama. Y se lo debo a mi amiga Hilda, esa telefonitis que suele darnos a las 5 de la tarde tiene sus consecuencias. 

De todas formas no es tan malo que nos rompan el corazón en miles de pedacitos... Esa sensación de que estoy viva y todavía pueden gustarme las cursilerías de adolescente no va a cambiar aunque llegue a los 80! 

domingo, 26 de agosto de 2012

Cómo perder el control, y no morir en el intento...

Después de tener muy abandonado mi blog, he decidido regresar a la muy agradable pero exigente tarea de escribir por escribir.

Tengo tantas cosas en la cabeza que ahora si, no tengo la menor idea por dónde empezar, así que si notan que me pierdo en el debraye o me clavo en la textura es sin querer.

Les confieso que la técnica que ahora utilizo para poder escribir es encerrarme en mi súper auto con todo y stereo para poder aterrizar mis telarañas mentales, ja!

Ya había comentado que la incertidumbre es una se esas cosas con las que no me gusta lidiar. Eso de querer tener el control de todo, todito lo que pasa a mi al rededor no deja nada bueno porque sinceramente me angustia.

Que de plano las mujeres nos hemos vuelto muy "controladoras"?  Esa es una parte de la independencia con la que tenemos que lidiar? O somos víctimas de nuestra propia idea de lo que significa la libertad?

Disculpen que no ponga el signo de apertura en la interrogación pero este aparatejo no tiene...

La verdad eso de tener el "poder" de hacer, decidir o pedir a los demás no es cosa fácil. Como diría el tío Ben: "Un gran poder conlleva una gran responsabilidad".

Y se los puedo traducir a cualquier ámbito; según el INEGI, en México, el 25% de los hogares tienen por jefe de familia a una mujer (1). Ahora, ser jefa de familia implica mantener una casa, pagar gastos, si hay hijos, darles de comer, educarlos, partir el tiempo en mil pedazos para atenderlos, y si nos quedan minutos (y fuerza) seguir con nuestra vida.

Si acaso llegamos a tener un puesto que implique tener a cargo personal, continuamos con la complicación: las dificultades a las que nos enfrentamos se multiplican al tener hombres a nuestro cargo (y algunas mujeres). Al menos en mi trabajo existe una cultura de inclusión; pero aterrizar ese sentido de equidad a todas las áreas no es cosa sencilla. Creo que con el tiempo nos volvemos frías y hasta ausentes. Incluso (y tristemente) hay que coexistir con la cuestión de que se dude de nuestras capacidades y sigan pensando que una está en esa posición por caerle bien a alguien o incluso por algún favor sexual.

De las relaciones de pareja ya mejor ni hablamos; me han llegado a decir que si así pienso tener una "relación estable". Que los hombres no quieren una mujer que haga lo que quiere, cuando quiere, sin tener que rendir cuentas a nadie.

Después de todo este desahogo sociocultural, llego a la conclusión de que a pesar de los obstáculos e inconvenientes que representa el poder de decisión, es lo mejor que tenemos!

El tener el control de nuestras vidas, con todo y la carga que representa, es la muestra más clara de que nuestros objetivos y planes van más allá de llevar las riendas de una casa, tener un trabajo que nos permita subsistir, etc.

Si no tuviera ese poder de decisión no podría darme el lujo de regresar a las aulas, de haber "brincado" el charco y recorrer el mundo, y de agarrar mis cachivaches y lanzarme a la aventura en un viaje relámpago a otra ciudad un fin de semana.

Y me quedo con una frase de Simone de Beauvoir: "Soy demasiado inteligente, demasiado exigente, y demasiado ingeniosa como para que alguien pueda encargarse de mí completamente. Nadie me conoce o me ama totalmente. Sólo me tengo a mí misma".

Y no por eso quiero decir que soy feminista radical, afortunadamente conozco muchos hombres que valoran totalmente las capacidades de las mujeres. Simplemente es mi gen feminista dando lata... Pero un día de estos, pierdo el control, ja! =)


1. Fuente: INEGI http://cuentame.inegi.org.mx/poblacion/hogares.aspx?tema=P

miércoles, 2 de mayo de 2012

¿Madurar? ¡Ni que fuera un tomate!

Hoy una charla por DM me hizo re-cuestionar mi postura frente a lo que quiere decir MADURAR.
Un buen amigo tiene una de esas crisis existenciales sobre la edad y los logros o acciones que nos pueden dar cierto nivel de "madurez" frente a nuestros contemporáneos.


El diccionario dice que es la edad posterior a la juventud pero anterior a la vejez, y además es la capacidad de buen juicio que supone es fruto del completo desarrollo.
Aceptémoslo! Físicamente puede ser que sea "madura" pero el buen juicio muchas veces me abandona y sigo haciendo burrada y media y a veces hasta yo digo "Ay Barrales, te dije pero ahí vas...".


Puede ser que para algunas personas la madurez sea cuestión de independencia y hasta incluya la posición de cierto objetos como un coche o una casa, estabilidad de un trabajo o pareja, o el tener un titulo profesional.


Para mi esas posesiones han representado muchos dolores de cabeza, preocupaciones y endeudamiento a no se cuantos años.
Y no es que no me sienta orgullosa de los logros o cosas que he conseguido en este transe por la vida adulta, es que a final de cuentas esos hechos o cosas no me hacen sentir esa madurez de la que tanto hablo.


Cuando era un poco más joven (ja! Aun me siento una chamaca) pensaba que al llegar a cierta edad o acontecimiento mi pensamiento una a ser "diferente", más centrado o consciente. Y a final de cuentas eso nunca pasó en algunas cuestiones trascendentales de mi vida.


Mi hija tiene que lidiar con una madre que la sigue regando muy seguido y que además continúa en la búsqueda constante de las sorpresas que ofrece el breve paso por este camino llamado vida.


¿Eso será la MADUREZ?

Desde mi humilde y muy austera opinión, madurar es aceptar que no es necesario demostrarle a los demás lo que tenemos o lo que somos. Es demostrarnos que podemos ser autosuficientes, y pesar de ello necesitar la protección y comprensión de nuestros papás, hermanos, pareja, hijos, amigos.

No porque alguien se vista de traje y corbata es más maduro que otro que se viste como pubertillo y ama sus tenis fachosos. A veces se demuestra mas madurez reconociendo nuestras limitaciones y aceptando nuestros necesidades y preferencias, poniéndolas por encima de lo que los demás esperan de nosotros.

Por eso me niego rotundamente a ser un tomate. Seguiré haciendo tonterías y si en eso se me va la vida, pues que se me vaya que es más divertido y gratificante que ser una fruta magullada ja!

domingo, 1 de enero de 2012

Buenos días... ¡¿2012?!

Hace tiempo que no subía ningún post, entre las ocupaciones y la flojera lo postergué por tiempo indefinido. Pero ahora con esto de las festividades por el año nuevo, y los azotados que insisten con ese tema de que el mundo se va a acabar, vamos a darle un poquito a eso del debraye mental.
Alguno de mis contactos publicó en su muro que este 2012, si era su año, y lo único que vino a mi mente fue pensar:  para mi,  todos han sido MIS años. No lo tomen a mal, ni crean que es la soberbia que invade el ego que todos llevamos dentro.
Muy probablemente he tenido que enfrentar problemas y situaciones difíciles,  pero no ha habido año en el que no haya aprendido, conocido gente valiosa y hasta vivido una que otra aventura, de esas que en cuando nos pasan, como nos angustian, pero que al cabo de un tiempo nos sacan unas buenas carcajadas.
A veces uno hace una pausa en el camino, echa un vistazo hacia atrás, y se da cuenta de todo el sendero  que recorrió en un periodo determinado de tiempo. Y si algo aprendí durante estos 365 días, es a no tomarme tan a pecho las cosas.  Muchas veces se nos nubla la vista con la rutina y el agobio de los problemas y dejamos de observar las cosas que realmente han valido la pena en la vereda que recorremos todos los días.
Siempre he pensado que por muy claro que sea el objetivo (si es que realmente sabemos que es lo que queremos o hacia dónde vamos), no es más que lo que nos motiva; pero lo emocionante, lo que le da sentido a la vida, es el paisaje, las casualidades,  el trayecto.
A veces parece que me extravié en el camino, pero eso es lo que hace esto divertido.  El que no haya nada escrito y se pueda cambiar de ruta (casi) en cualquier momento. Así que a todas las personas con las que tuve el gusto y la buena fortuna de encontrarme en algún momento del 2011, GRACIAS! Por dejar que esta mujer medio loca formara parte de su existencia y compartir su tiempo y vivencias.
Por eso, este 2012, así como los años anteriores, también será mi año, recopilaré recuerdos, guardaré  buenas y no tan agradables experiencias, y, espero, aprender de ellas. Pero sobre todo, espero valorar lo que conservo y lo que obtuve. Y lo que no llegó, pues, es un pretexto más para seguir en la búsqueda, ja!