Necesito sol. El frío no es lo mío. Además de tener que lidiar con esa horrible alergia que me da, y parecer una copia del monito de Michelín de tanta garra que hay que ponerse para no tiritar de frío, tengo que ver el sol para saber que es otro día. Sentir el calorcito quemando mi cara. Los días nublados no son para mi. Es cierto que vivo en un insomnio constante, pero disfruto tanto los días, que para mi la luz del sol es vital. A los que les gusta tanto el cielo nublado, se los regalo. A mi déjenme tirarme al sol como una verdadera lagartija.
Manejar mucho, sin prisa, cantando a todo pulmón. Para poder hablar con mi Maricruz Barrales interior. A veces me hago la loca y no la escucho, y manejar es una de las cosas que provoca ese diálogo, a veces evadido pero necesario.
Sexo. No hay mucho que decir. Pero eso de liberar endorfinas se siente tan bien...
Hacer travesuras. Si, ya se que hay que ser adulta, y que una ñora juvenil tiene que guardar la compostura, pero perder el estilo de vez en cuando no le cae mal a nadie, y menos si va a provocar un dolor de panza de tanta risa. Hacia tanto que no me reía hasta perder el aliento que cansé, jajajaja (me acuerdo y me vuelvo a reír).
Mi osito de peluche. Cuando tenía como ocho años, una vez mi papá me dijo que iba a cumplir 15 años y que iba a seguir durmiendo con ese oso. Ya tengo 33, y sigo necesitando mi oso para dormir en santa paz.
Escribir. Tal vez lo que escribo (y algunas veces publico), no tenga nada de relevante. Pero es de las cosas que me hacen feliz. Es como platicar conmigo siendo yo, pero desde el exterior.
Estas son algunas de las cosas que me han hecho feliz y que, seguramente, me volverán a hacer sentir rebién.
Probablemente aumentarán, pero por lo pronto voy a disfrutar del sol, antes de que el siguiente frente frío haga de las suyas y traiga nubes al cielo azul.
Y si me ven como lagartija, tirada en una banca, no es que esté perdiendo el tiempo, estoy tomando el sol, ja!

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