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domingo, 26 de agosto de 2012

Cómo perder el control, y no morir en el intento...

Después de tener muy abandonado mi blog, he decidido regresar a la muy agradable pero exigente tarea de escribir por escribir.

Tengo tantas cosas en la cabeza que ahora si, no tengo la menor idea por dónde empezar, así que si notan que me pierdo en el debraye o me clavo en la textura es sin querer.

Les confieso que la técnica que ahora utilizo para poder escribir es encerrarme en mi súper auto con todo y stereo para poder aterrizar mis telarañas mentales, ja!

Ya había comentado que la incertidumbre es una se esas cosas con las que no me gusta lidiar. Eso de querer tener el control de todo, todito lo que pasa a mi al rededor no deja nada bueno porque sinceramente me angustia.

Que de plano las mujeres nos hemos vuelto muy "controladoras"?  Esa es una parte de la independencia con la que tenemos que lidiar? O somos víctimas de nuestra propia idea de lo que significa la libertad?

Disculpen que no ponga el signo de apertura en la interrogación pero este aparatejo no tiene...

La verdad eso de tener el "poder" de hacer, decidir o pedir a los demás no es cosa fácil. Como diría el tío Ben: "Un gran poder conlleva una gran responsabilidad".

Y se los puedo traducir a cualquier ámbito; según el INEGI, en México, el 25% de los hogares tienen por jefe de familia a una mujer (1). Ahora, ser jefa de familia implica mantener una casa, pagar gastos, si hay hijos, darles de comer, educarlos, partir el tiempo en mil pedazos para atenderlos, y si nos quedan minutos (y fuerza) seguir con nuestra vida.

Si acaso llegamos a tener un puesto que implique tener a cargo personal, continuamos con la complicación: las dificultades a las que nos enfrentamos se multiplican al tener hombres a nuestro cargo (y algunas mujeres). Al menos en mi trabajo existe una cultura de inclusión; pero aterrizar ese sentido de equidad a todas las áreas no es cosa sencilla. Creo que con el tiempo nos volvemos frías y hasta ausentes. Incluso (y tristemente) hay que coexistir con la cuestión de que se dude de nuestras capacidades y sigan pensando que una está en esa posición por caerle bien a alguien o incluso por algún favor sexual.

De las relaciones de pareja ya mejor ni hablamos; me han llegado a decir que si así pienso tener una "relación estable". Que los hombres no quieren una mujer que haga lo que quiere, cuando quiere, sin tener que rendir cuentas a nadie.

Después de todo este desahogo sociocultural, llego a la conclusión de que a pesar de los obstáculos e inconvenientes que representa el poder de decisión, es lo mejor que tenemos!

El tener el control de nuestras vidas, con todo y la carga que representa, es la muestra más clara de que nuestros objetivos y planes van más allá de llevar las riendas de una casa, tener un trabajo que nos permita subsistir, etc.

Si no tuviera ese poder de decisión no podría darme el lujo de regresar a las aulas, de haber "brincado" el charco y recorrer el mundo, y de agarrar mis cachivaches y lanzarme a la aventura en un viaje relámpago a otra ciudad un fin de semana.

Y me quedo con una frase de Simone de Beauvoir: "Soy demasiado inteligente, demasiado exigente, y demasiado ingeniosa como para que alguien pueda encargarse de mí completamente. Nadie me conoce o me ama totalmente. Sólo me tengo a mí misma".

Y no por eso quiero decir que soy feminista radical, afortunadamente conozco muchos hombres que valoran totalmente las capacidades de las mujeres. Simplemente es mi gen feminista dando lata... Pero un día de estos, pierdo el control, ja! =)


1. Fuente: INEGI http://cuentame.inegi.org.mx/poblacion/hogares.aspx?tema=P