Hoy una charla por DM me hizo re-cuestionar mi postura frente a lo que quiere decir MADURAR.
Un buen amigo tiene una de esas crisis existenciales sobre la edad y los logros o acciones que nos pueden dar cierto nivel de "madurez" frente a nuestros contemporáneos.
El diccionario dice que es la edad posterior a la juventud pero anterior a la vejez, y además es la capacidad de buen juicio que supone es fruto del completo desarrollo.
Aceptémoslo! Físicamente puede ser que sea "madura" pero el buen juicio muchas veces me abandona y sigo haciendo burrada y media y a veces hasta yo digo "Ay Barrales, te dije pero ahí vas...".
Puede ser que para algunas personas la madurez sea cuestión de independencia y hasta incluya la posición de cierto objetos como un coche o una casa, estabilidad de un trabajo o pareja, o el tener un titulo profesional.
Para mi esas posesiones han representado muchos dolores de cabeza, preocupaciones y endeudamiento a no se cuantos años.
Y no es que no me sienta orgullosa de los logros o cosas que he conseguido en este transe por la vida adulta, es que a final de cuentas esos hechos o cosas no me hacen sentir esa madurez de la que tanto hablo.
Cuando era un poco más joven (ja! Aun me siento una chamaca) pensaba que al llegar a cierta edad o acontecimiento mi pensamiento una a ser "diferente", más centrado o consciente. Y a final de cuentas eso nunca pasó en algunas cuestiones trascendentales de mi vida.
Mi hija tiene que lidiar con una madre que la sigue regando muy seguido y que además continúa en la búsqueda constante de las sorpresas que ofrece el breve paso por este camino llamado vida.
¿Eso será la MADUREZ?
Desde mi humilde y muy austera opinión, madurar es aceptar que no es necesario demostrarle a los demás lo que tenemos o lo que somos. Es demostrarnos que podemos ser autosuficientes, y pesar de ello necesitar la protección y comprensión de nuestros papás, hermanos, pareja, hijos, amigos.
No porque alguien se vista de traje y corbata es más maduro que otro que se viste como pubertillo y ama sus tenis fachosos. A veces se demuestra mas madurez reconociendo nuestras limitaciones y aceptando nuestros necesidades y preferencias, poniéndolas por encima de lo que los demás esperan de nosotros.
Por eso me niego rotundamente a ser un tomate. Seguiré haciendo tonterías y si en eso se me va la vida, pues que se me vaya que es más divertido y gratificante que ser una fruta magullada ja!
