Hace tiempo que no subía ningún post, entre las ocupaciones y la flojera lo postergué por tiempo indefinido. Pero ahora con esto de las festividades por el año nuevo, y los azotados que insisten con ese tema de que el mundo se va a acabar, vamos a darle un poquito a eso del debraye mental.
Alguno de mis contactos publicó en su muro que este 2012, si era su año, y lo único que vino a mi mente fue pensar: para mi, todos han sido MIS años. No lo tomen a mal, ni crean que es la soberbia que invade el ego que todos llevamos dentro.
Muy probablemente he tenido que enfrentar problemas y situaciones difíciles, pero no ha habido año en el que no haya aprendido, conocido gente valiosa y hasta vivido una que otra aventura, de esas que en cuando nos pasan, como nos angustian, pero que al cabo de un tiempo nos sacan unas buenas carcajadas.
A veces uno hace una pausa en el camino, echa un vistazo hacia atrás, y se da cuenta de todo el sendero que recorrió en un periodo determinado de tiempo. Y si algo aprendí durante estos 365 días, es a no tomarme tan a pecho las cosas. Muchas veces se nos nubla la vista con la rutina y el agobio de los problemas y dejamos de observar las cosas que realmente han valido la pena en la vereda que recorremos todos los días.
Siempre he pensado que por muy claro que sea el objetivo (si es que realmente sabemos que es lo que queremos o hacia dónde vamos), no es más que lo que nos motiva; pero lo emocionante, lo que le da sentido a la vida, es el paisaje, las casualidades, el trayecto.
A veces parece que me extravié en el camino, pero eso es lo que hace esto divertido. El que no haya nada escrito y se pueda cambiar de ruta (casi) en cualquier momento. Así que a todas las personas con las que tuve el gusto y la buena fortuna de encontrarme en algún momento del 2011, GRACIAS! Por dejar que esta mujer medio loca formara parte de su existencia y compartir su tiempo y vivencias.
Por eso, este 2012, así como los años anteriores, también será mi año, recopilaré recuerdos, guardaré buenas y no tan agradables experiencias, y, espero, aprender de ellas. Pero sobre todo, espero valorar lo que conservo y lo que obtuve. Y lo que no llegó, pues, es un pretexto más para seguir en la búsqueda, ja!
