¿Qué pasa cuando dejamos el nido? O ¿cuál es el motivo de dejar la casa de nuestros padres donde por lo general tenemos todo lo necesario para subsistir sin mucho esfuerzo?
Los motivos y las circunstancias de cómo, cuándo, o por qué nos vamos de la que hasta ese momento ha sido nuestra casa son siempre diferentes. Por ejemplo, la mayoría de mis amigas salieron de casa de sus padres cuando se casaron. Yo hice lo mismo, o casi, porque no me casé pero si me fui a vivir con e que luego fue mi esposo, o sea que para el caso es lo mismo jeje.
El vivir o no con alguien es una decisión trascendental en la vida de todo ser humano. Para mí, el vivir sola, completamente sola, ha sido de las experiencias más enriquecedoras en mi vida.
No es que la convivencia no sea buena, no. Más bien, es difícil, complicada. Pero como todo en la vida cualquiera de las 2 opciones tiene sus pros y contras. Esto es simplemente lo que yo he visto o vivido, es mi experiencia. Muy probablemente habrá quien piense lo contrario pero al menos para mí las cosas han sido así.
El adaptarte a los hábitos y costumbres de otra persona puede ser complicadísimo. Se necesita mucha tolerancia, paciencia, fuerza de voluntad, disponibilidad y no sé cuantas cualidades más. Y si a eso le sumamos que nosotros también tenemos nuestro bagaje histórico, mañas, manías, gustos etc., es tarea doblemente complicada.
Si, está bien eso de que el amor lo puede todo, pero no me refiero solamente a la convivencia que surge de las relaciones en pareja. A veces tenemos que compartir espacios con familiares, amigos o hasta desconocidos.
Si a alguien le debo el que yo pueda tener un espacio es a mi mamá. De hecho creo que ella ya no me quería en su casa, porque cuando el innombrable y yo decidimos emprender nuestros caminos por separado ella fue quien casi me obligó a adquirir una deudota por una casa, jeje y ahora lo agradezco enormemente. De hecho sus palabras fueron “Necesitas una casa que sea tuya, aunque vivas en un cuarto redondo, pero que sea tuyo”. Aun me imagino el cuarto redondo, jajaja.
Creo que el cohabitar conmigo es difícil. Y entre las muchas cosas que pueden hacer que sea así están varios “detallitos”:
Tengo la loca manía de hacer la cama todos los días. Ya se que para muchas personas esto no es importante pero para mí es casi una obsesión, no me gusta cocinar y solo lo hago cuando es absolutamente necesario. Odio lavar los trastes, Me da mucha flojera doblar y colgar la ropa. Me gusta poner un arbolote en Navidad y tener plantas (aunque luego se me sequen o mi casa parezca selva porque no ha venido el jardinero a podar el árbol). No me gusta andar avisando a dónde o con quien ando y mucho menos horarios de llegada. Disfruto enormemente poder ver el canal que se me de mi gana en la tele y tener la lap prendida al mismo tiempo y estar chateando en el cel y además un libro. Padezco insomnio y con todo y eso me levanto temprano. Casi siempre duermo con la ventana abierta y si hay algo que no puede faltar en mi refri son limones.
¡Chanclas! Cuanta cosa salió y las que faltan. Si todo eso y más ha hecho que el vivir sola sea más sencillo.
Pero por otro lado, no podemos negar que somos seres sociales y que a veces es necesario el trabajo en equipo, que necesitamos ayuda de los demás o simplemente compañía. Pocas veces he pedido ayuda pero hace poco tuvieron que ayudare a cambiar un foco, si, ya se… ¡un foco! Gracias a una lámpara con tornillos que no se dejaba jejeje. O cuando estás enfermo y no hay a quien pedirle que te prepare algún alimento o te de un vaso con agua para tomar el medicamento, o simplemente te apapachen porque te sientes deprimido o tuviste un mal día.
Claro que aprendes a conocerte. Al menos a mi me ha servido enormemente para encontrarme o hasta descubrirme. De lo que si estoy segura es que el vivir solos es lo que nos hace crecer, madurar, es la prueba de fuego, tanto para nuestros padres o quien nos haya educado y para nosotros mismos.
¿Realmente somos capaces de valernos por nosotros mismos?
Yo seguiré aguantando mi insomnio sin que nadie me pregunte que hago a estas horas despierta, ja!
